Los cuentos no son escritos, se escriben solos. Caen como arena, por las manos de aquellas personas que tienen cosas metidas en la cabeza; que tienen tristeza, que tienen miedos, que tienen viajes o alegrías; no importa lo que tenga, son cosas que no se quedan adentro. Yo, al parecer, tengo las manitos malas, la verdad es que no me logra salir nada.