"está bien si dejo entrar pedacitos de amor"
tenía una entrada de hace ya un buen rato, un par de semanas creo, y que sólo decía esto, así que quería aprovechar lo que es leerme en las cosas que no publico y que se me olvida que pienso de repente.
No, no está bien, no se hace esto, no voy a hacer esto más, y estoy en la fiel tarea de evacuar cualquier pedacito de amor que haya entrado en este corazón de alcachofa: que se vaya, y que no vuelva más
viernes, 26 de diciembre de 2014
martes, 23 de diciembre de 2014
No sé cómo empezar esta
Creo que llevo tiempo pensando que quizás voy hacia adelante, y que todo lo que hago ahora no es un retroceso ni un estancamiento, sino que son las vueltas necesarias para que la espiral avance. Trato de pensar que los días que estoy triste valen la pena, pero no sé si en realidad así, y no sé si sea lo mejor seguir pensando así.
No sé cómo estar con alguien a medias, siento que tengo el corazón gordo y se me desborda. No sé qué voy a hacer, ni cómo voy a hacerlo, y solo espero con todo todo el corazón que no se muera una parte de mi con esto, aunque suene muy iluso: no quiero salir a medias de acá.
Igual no era esto de lo que quería hablar. En realidad, era solo una entrada para poner cairtas felices, porque hay personas que con hablar un poco te alegran el día. Mira, caritas felices (: (: (: (: !!!
No sé cómo estar con alguien a medias, siento que tengo el corazón gordo y se me desborda. No sé qué voy a hacer, ni cómo voy a hacerlo, y solo espero con todo todo el corazón que no se muera una parte de mi con esto, aunque suene muy iluso: no quiero salir a medias de acá.
Igual no era esto de lo que quería hablar. En realidad, era solo una entrada para poner cairtas felices, porque hay personas que con hablar un poco te alegran el día. Mira, caritas felices (: (: (: (: !!!
sábado, 22 de noviembre de 2014
contar navidades
me invadió una pena terrible, la pena más básica, la de las cosas que se fueron y que no vuelven
domingo, 9 de noviembre de 2014
Otra vez
me remuevo en el asiento, nerviosa, aireada, cansada y ansiosa por sobre todo. Si dijera que cada vez que pasa es peor sería mentira: cada vez es exactamente igual. ¿Cuánto crees que puedo seguir así? Me pillo con la garganta apretada, escribo rápido tratando de retener las ideas, de no dejarme llevar por la pena, y hago todo lo que me es físicamente posible para no llorar. No es tan terrible, solo pasa una vez más, y otra vez, y otra vez, y las lagrimas que se me atoran detrás de los ojos ya dejan de ser rabias de pena, o de rabia, o de frustración; ya son lágrimas de pura impotencia, de ver pasar cada cierto tiempo la misma escena, en el mismo escenario, los mismos actores, y nada cambia, ni en 1 ni en 4 ni en mil años. ¿Qué parte de esto me hago a mi misma? ¿De verdad son tan pocas las opciones que me quedan? Qué paja, qué paja esto.
miércoles, 15 de octubre de 2014
say it aint so
es raro volver a la normalidad y sentirte muy distinta a como estabas antes.
Quizá mantenerme ocupada me hace bien, pero todavía me gustaría poder dormir hasta deshacerme.
jueves, 2 de octubre de 2014
Hola
Es muy difícil escribir así. Me siento muy redundante cuando escribo lo que siento, en especial si lo estoy sintiendo en el mismo momento. Ahora mismo, me está costando mucho, y aun así siento la necesidad de hacerlo.
No fui a clases hoy. Es mi clase favorita, a la cual lamento mucho faltar, y así y todo decidí, bañada y a medio vestir, que el camino era eterno y que la cara era muy pesada, más aun los pies. Decidí no ir a la de la tarde. Pensé en un día libre, pensé en que, no importa qué tan triste estuviera, sola en la pieza, tendría momentos de luz, y podría dormir, podría jugar, y no tendría que ponerle cara a nadie. Llegó mi tía igual, así que ordené la pieza, barrí, tomé las guitarras y las dejé en la pieza de al lado. Un paso más, me dije. Un pasito a la vez. Ordené mi escritorio, apilando simétricamente las cosas a un lado. Vi un capitulo de una serie que alguna vez intenté ver con el Matías, y lloré un poco más. Jugué, me llamó un amigo, lloré y dormí. Desperté con la visita de una amiga. Hicimos panqueques dulces y salados, y cuando me pregunta cómo estoy, le cuento con los ojos llorosos y riendo, tratando de hacerme la tristona alegre, la que lloriquea pero lo domina igual. Me dijo que llorara no más, y me excusé diciendo que no me gusta que me vean llorar porque me pongo mocosa, y eso me de verguenza. No le dije, porque nunca es algo que una quiere decir, que había llorado todas las noches antes de dormirme, y cada mañana cuando desperté. No le dije el vacío que se estaba comiendo mi cabeza, tragándose las penas y los ánimos, ni le dije las esperanzas tontas que guardo siempre debajo de la almohada. No le dije tampoco cómo camino de puntillas en la casa, como si fuera a despertar algún recuerdo no deseado entre las miles de cosas que siguen aquí. Solo me reí, con los ojos hinchados, comentandole brevemente el curso de los acontecimientos, en el resumen que había adecuado para contar a cada una de mis amigas. Comemos, reímos, planeamos cosas, y la voy a dejar abajo.
Una vez que vi la micro partir, tomé el pucho que había guardado con vergüenza en mi bolsillo, y lo prendo. Aprovechando la soledad de las 10 de la noche en San Antonio, tarareo una canción, y me quedo mirando a un par de niñas que toman su micro, y los colectivos que pasan lento y mirándome fijo, esperando que me suba. A penas acaba de consumirse, subo. Ahora estoy hedionda a cigarro.
No sé sublimar. Nunca he sabido, pero ahora creo que es peor. ¿Qué hacer cuando sabes que, de aquí a un mes, él va a estar bien y yo no? Y cuando hayan pasado dos meses, tres meses, y encuentre a alguien más. ¿Qué voy a hacer? Ya no me acuerdo cómo se hace esto. Siento que lo sé todo, que lo único que tengo que hacer es esperar a que todo mejore, pero no sé si pueda llegar... siento que, dado mi forma de ser, dado lo que me he convertido con el tiempo, lo único que voy a lograr va a ser hundirme.
No fui a clases hoy. Es mi clase favorita, a la cual lamento mucho faltar, y así y todo decidí, bañada y a medio vestir, que el camino era eterno y que la cara era muy pesada, más aun los pies. Decidí no ir a la de la tarde. Pensé en un día libre, pensé en que, no importa qué tan triste estuviera, sola en la pieza, tendría momentos de luz, y podría dormir, podría jugar, y no tendría que ponerle cara a nadie. Llegó mi tía igual, así que ordené la pieza, barrí, tomé las guitarras y las dejé en la pieza de al lado. Un paso más, me dije. Un pasito a la vez. Ordené mi escritorio, apilando simétricamente las cosas a un lado. Vi un capitulo de una serie que alguna vez intenté ver con el Matías, y lloré un poco más. Jugué, me llamó un amigo, lloré y dormí. Desperté con la visita de una amiga. Hicimos panqueques dulces y salados, y cuando me pregunta cómo estoy, le cuento con los ojos llorosos y riendo, tratando de hacerme la tristona alegre, la que lloriquea pero lo domina igual. Me dijo que llorara no más, y me excusé diciendo que no me gusta que me vean llorar porque me pongo mocosa, y eso me de verguenza. No le dije, porque nunca es algo que una quiere decir, que había llorado todas las noches antes de dormirme, y cada mañana cuando desperté. No le dije el vacío que se estaba comiendo mi cabeza, tragándose las penas y los ánimos, ni le dije las esperanzas tontas que guardo siempre debajo de la almohada. No le dije tampoco cómo camino de puntillas en la casa, como si fuera a despertar algún recuerdo no deseado entre las miles de cosas que siguen aquí. Solo me reí, con los ojos hinchados, comentandole brevemente el curso de los acontecimientos, en el resumen que había adecuado para contar a cada una de mis amigas. Comemos, reímos, planeamos cosas, y la voy a dejar abajo.
Una vez que vi la micro partir, tomé el pucho que había guardado con vergüenza en mi bolsillo, y lo prendo. Aprovechando la soledad de las 10 de la noche en San Antonio, tarareo una canción, y me quedo mirando a un par de niñas que toman su micro, y los colectivos que pasan lento y mirándome fijo, esperando que me suba. A penas acaba de consumirse, subo. Ahora estoy hedionda a cigarro.
No sé sublimar. Nunca he sabido, pero ahora creo que es peor. ¿Qué hacer cuando sabes que, de aquí a un mes, él va a estar bien y yo no? Y cuando hayan pasado dos meses, tres meses, y encuentre a alguien más. ¿Qué voy a hacer? Ya no me acuerdo cómo se hace esto. Siento que lo sé todo, que lo único que tengo que hacer es esperar a que todo mejore, pero no sé si pueda llegar... siento que, dado mi forma de ser, dado lo que me he convertido con el tiempo, lo único que voy a lograr va a ser hundirme.
viernes, 26 de septiembre de 2014
jueves, 25 de septiembre de 2014
lunes, 22 de septiembre de 2014
Splendor - Wait
Antes, cuando vivía allá y me quedaba dormida, mi la hora más bacán del día era siempre esta. Alcanzaba a ver por la pequeña franja de paisaje que quedaba entre los edificios vecinos que el sol estaba a punto de ponerse, y en treinta segundos ya tenía la ropa puesta, la cámara y el mp3 en la mano, y las zapatillas a medio entrar. Agarraba corriendo las llaves, y una vez fuera del departamento le pegaba al botón del ascensor hasta que se abriera una de las puertas. Esos asensores andaban tan rapido, que en un par de segundos los veintitantos pisos se hacían nada. Al abrirse la puerta, corría a la izquiera, siempre segura de entrar a la segunda puerta. Una, dos, escaleras con el aire helado de las "alturas", izquierda, izquierda, puerta a presión, y una bocanada de aire húmedo. El ruido de los ventiladores se perdía rápido, y al caminar a la derecha, llegaba finalmente al mirador. Mi mamá siempre se jactaba de que ese era el departamento más alto del plan de viña, y era como mentira porque no estoy segura de que donde está se le pueda llamar "plan".
No sé si vi atardeceres más bonitos que allá. No sé cuántas fotos tomé al mismo paisaje, con el mismo sol, y el mismo mar, o cuántas canciones escuché muerta de frío, apoyada en la baranda que me quedaba justo a la altura de la cara. Estoy segura que fueron una cachá.
Ahora, el momento que más odio, el que espero todo el día con miedo, es el atardecer. Si tuviera que escoger una sola imagen para describir mi ansiedad, sería el cerro, con las casas anaranjadas por la luz proyectando sombras negras, recordándome que es otro día que voté a la basura, otro día más perdido, otro que suma otro, que suma otro, que suma otro hasta el día que me muera. Ni siquiera alcanzo a ver el horizonte desde acá. Sé que es super tonto, pero saber también cada brillo en la quebrada es un atardecer que me pierdo, me pone ya en lo último de lo peor.
No sé si vi atardeceres más bonitos que allá. No sé cuántas fotos tomé al mismo paisaje, con el mismo sol, y el mismo mar, o cuántas canciones escuché muerta de frío, apoyada en la baranda que me quedaba justo a la altura de la cara. Estoy segura que fueron una cachá.
Ahora, el momento que más odio, el que espero todo el día con miedo, es el atardecer. Si tuviera que escoger una sola imagen para describir mi ansiedad, sería el cerro, con las casas anaranjadas por la luz proyectando sombras negras, recordándome que es otro día que voté a la basura, otro día más perdido, otro que suma otro, que suma otro, que suma otro hasta el día que me muera. Ni siquiera alcanzo a ver el horizonte desde acá. Sé que es super tonto, pero saber también cada brillo en la quebrada es un atardecer que me pierdo, me pone ya en lo último de lo peor.
viernes, 19 de septiembre de 2014
No sé
si realmente tengo algo que decir...
no quiero seguir avanzando, quiero quedarme por siempre durmiendo en esta noche....
no quiero seguir avanzando, quiero quedarme por siempre durmiendo en esta noche....
domingo, 14 de septiembre de 2014
pulsiones
Sentada en las sillas con mesas típicas de la U, pero en una sala completamente distinta, siento como se nubla mi cabeza y caigo a piso, con la vista en negro y sin poder cerrar los ojos. Tengo los brazos arriba de mi cabeza, como protegiendola de alguna caída, pero en el suelo lo único que siento es lo que sale de mis oídos, que empieza a empapar mi pelo y mi cara. No escucho nada, y despierto, ahora en mi cama y en la oscuridad de mi pieza, sin poder mover los brazos, que siguen arriba y en una posición no completamente natural. Pienso que vuelvo a estar despierta a medias, con la conciencia prendida pero el cuerpo dormido, hasta que empieza a temblar y compruebo que no hay un solo musculo de mi cuerpo que esté apto para moverse. Espero, viendo con los ojos medio abiertos como todo en mi pieza se cae, y sintiendo al pequeño edificio sacudirse a los lados cada vez más fuerte. En un segundo, recuerdo el terremoto del sur y la señora que contaba cuando se había caído su edificio en concepción, ese caso famoso porque fue prácticamente el único edificio que se cayó completamente, desplomado cual histérica con ataque. Me acuerdo la pena que le daba, el llanto con el que contaba que ella pensaba que el mundo entero se había caído, y había salido del edificio para darse cuenta que ellos eran los únicos. Veo la silueta de mi hermano abrir la puerta y gritarme algo, pero con el ruido del edificio no lo escucho. Ruego que tenga la sensatez de sacudirme para sacarme de la catatonia del sueño a medias, pero sale corriendo en dirección contraria, y me quedó ahí, con los brazos chuecos sobre la cabeza, sintiendo como la construcción se ladea lentamente, buscando con más persistencia el abrazo de la calle.
Ya no hay nada que hacer; en un par de segundos estoy de cabeza y voy a alta velocidad, dentro de la seguridad de mi pieza, a estrellarme contra el suelo, a varias decenas de metros del asfalto. No recuerdo qué alcancé a pensar. Creo que en que la señora sobrevivió, pero que yo no soy de las que sobreviven, ni de las que cuentan sus historias. Siempre me fui antes de las fiestas, y me dio mucha pena tener que morirme una vez más.
Para cuando volví a despertar, por segunda vez en esa estúpida línea, el dolor en mis brazos y el resto de mi cuerpo era tal, que ni siquiera pude bajarlos del enredo en el que estaban arriba de mi cabeza, y me quedé ahí, agitada y llorona por enésima vez, con el miedo infantil de no querer volver a dormir.
sábado, 13 de septiembre de 2014
martes, 9 de septiembre de 2014
sábado, 6 de septiembre de 2014
The Eraser
Soy la reina de perder las agujas en la cama, es por eso por lo que ya no quiero dormir más (acá)
miércoles, 3 de septiembre de 2014
Yo no fumo
Hay algo raro en que hayan pasado tres días y siga (intermitentemente) lloviendo. La niña interna que tengo todavía no se aguanta de meter las botas en el agua, y por algo me compré botas de lluvia hechas de escarcha dorada.
Quise compartir la lluvia, caminar en la lluvia, como caminaba la Carla chica que vivía en Copiapó y contaba con los dedos de una mano las veces que llovía, y iba y se metía con las zapatillas al agua, si total estaba a cuadras de la casa y no me iba a pasar nada. Abría la boca para comer agua del cielo, y mi mamá me retaba porque con la contaminación de Paipote, decía que el agua estaba llena de mugre. Yo encontraba rica el agua de la llave así que no entendía muy bien de qué estaba hablando.
Y ayer me fumé un cigarro, esperando. Me sentía un poco tonta, con vergüenza, con el cigarro en la mano y hedionda a humo. El cigarro se consumió a la velocidad de la luz, y yo esperando, algo, cualquier cosa, decidí irme antes de que se terminara, y caminé, con el cigarro en la mano, como un disfraz, para que la gente no viera que había estado esperando, sola, a que algo pasara, cualquier cosa digo, un golpe que me sacara de la inercia (preferentemente mecánico, paf!)
No pasó nada, obvio, y todavía ando vueltas con la cajetilla en la cartera, por si tengo que poner una pausa y soñar con un golpe, otro golpe, un golpe más.
Quise compartir la lluvia, caminar en la lluvia, como caminaba la Carla chica que vivía en Copiapó y contaba con los dedos de una mano las veces que llovía, y iba y se metía con las zapatillas al agua, si total estaba a cuadras de la casa y no me iba a pasar nada. Abría la boca para comer agua del cielo, y mi mamá me retaba porque con la contaminación de Paipote, decía que el agua estaba llena de mugre. Yo encontraba rica el agua de la llave así que no entendía muy bien de qué estaba hablando.
Y ayer me fumé un cigarro, esperando. Me sentía un poco tonta, con vergüenza, con el cigarro en la mano y hedionda a humo. El cigarro se consumió a la velocidad de la luz, y yo esperando, algo, cualquier cosa, decidí irme antes de que se terminara, y caminé, con el cigarro en la mano, como un disfraz, para que la gente no viera que había estado esperando, sola, a que algo pasara, cualquier cosa digo, un golpe que me sacara de la inercia (preferentemente mecánico, paf!)
No pasó nada, obvio, y todavía ando vueltas con la cajetilla en la cartera, por si tengo que poner una pausa y soñar con un golpe, otro golpe, un golpe más.
miércoles, 27 de agosto de 2014
AGH
Tenía una entrada bonita que escribí en mi croquera cuando salí a la playa ahora en la tarde, pero ya no sé si ponerla. Me tiene chata esta hueá, me retuerce la guata, me siento super pendeja y no sé si me estoy tomando las hueás como debería.
martes, 26 de agosto de 2014
Hoy día
llegué una hora temprano a clases, y fue horrible.
[...]
Han pasado como, no sé, 5 horas de que escribí esto. Fui a mi primera clase del cursito de dibujo, y casi me ahogo en aire y ansiedad pero lo logré, sobreviví, y no solo eso, si no que me dijeron 'muy bien!'. Me sentí como si tuviera una carita feliz de tinta estampada en la mano. Tanto así, que a la salida me puse los audífonos y me compré al tiro un portaminas, con su respectivo carcaj de minas y una gomita. Por supuesto, inundada en el buen ánimo, me di una vuelta, vitrinié, hasta me dije a mi misma "anda al muelle barón a croquear!", cosa que califiqué de ridícula a penas volví a poner un pie fuera del Jumbo, por que por la chucha que tenía frío.
Para hacerla corta, me fui escuchando Los Campesinos, y una vez en casita, el hype se me fue a la mierda y solo encontré entre los parrafitos de esas canciones alegres, uno que dice muy exactamente cómo me siento ahora.
[...]
Han pasado como, no sé, 5 horas de que escribí esto. Fui a mi primera clase del cursito de dibujo, y casi me ahogo en aire y ansiedad pero lo logré, sobreviví, y no solo eso, si no que me dijeron 'muy bien!'. Me sentí como si tuviera una carita feliz de tinta estampada en la mano. Tanto así, que a la salida me puse los audífonos y me compré al tiro un portaminas, con su respectivo carcaj de minas y una gomita. Por supuesto, inundada en el buen ánimo, me di una vuelta, vitrinié, hasta me dije a mi misma "anda al muelle barón a croquear!", cosa que califiqué de ridícula a penas volví a poner un pie fuera del Jumbo, por que por la chucha que tenía frío.
Para hacerla corta, me fui escuchando Los Campesinos, y una vez en casita, el hype se me fue a la mierda y solo encontré entre los parrafitos de esas canciones alegres, uno que dice muy exactamente cómo me siento ahora.
My year in lists -
Stomping on your fingers as you're clinging on to the abyss
So put on every winter coat that you've owned since '98
And every midnight sees the countdown to another awful day
martes, 19 de agosto de 2014
miércoles, 6 de agosto de 2014
Me compré un diario
De esos con candado que no sirve, ahí en el casa ideas del centro de Viña. Es muy bonito, todo rojo con un dibujo bien simplecito de una matrioska o mamushka o como se llame; y en la parte de atrás, justo en el centro, un pequeño corazón brillante. Diría que me la compré de compulsiva y sería en parte cierto, pero por otro lado, debo decir que esta libretita tenía la impresionante cualidad que llevo buscando eones: tiene la mitad de la hoja "cuadriculada" (o sea, con rayas no más, rayada entonces), y el resto de la hoja es hoja en blanco. Y debe ser por la obsesión que tengo, y que al parecer muchas personas comparten, de tener miles de libretas, cada una más linda que la anterior, que encontrar una libreta que te abre a TANTAS posibilidades es una maravilla, y no pude evitar comprarla. Lo más maravilloso, es que he escrito, y he ahí mi excusa por tener el blog botado, para variar. Es bonito escribir y dibujar y pegar cosas ahí, pero hay que decirlo: hay cosas que no me gusta mostrarle al mundo, y hay otras, por el contrario, que si escribo en mi diario personas me hacen sentir tonta. No me gusta escribir como si le estuviera escribiendo a alguien, y cuando necesito esa ilusión de un expectador, llego aquí, humilde y arrepentida. Sé que esto tiene poquitas visitas, y que no mucha gente llega, pero aún así llegan, y sentir que cuando hablo, aunque sean nimiedades, es leído por cualquier persona, me hace sentir mucho menos sola de lo normal.
martes, 15 de julio de 2014
blessed brambles
Llevo dos días con puntadas en el costado izquierdo. Ayer, por pasar todo el día en la casa, al final del día la cabeza me dolía tanto que a penas podía pestañear. Hoy día desperté, y ambas cosas siguen relativamente igual.
Todos han cambiado tanto, y yo sigo escribiendo en este blogcito. Es raro, porque ya no hay nadie que lo lea: estoy sola, hablando con las paredes.
Todos han cambiado tanto, y yo sigo escribiendo en este blogcito. Es raro, porque ya no hay nadie que lo lea: estoy sola, hablando con las paredes.
lunes, 16 de junio de 2014
Do me a favour and
Es gracioso porque, desde hace ya un tiempo que no he llorado de verdad, llorado hasta cansarme. Llega por ráfagas, pero las guardo. Están todas, cada una dentro mío, y siento que cuando llegue el momento, y sienta que todo va a explotar, no pasará nada. Me convertiré en un agujero negro y desapareceré: pum! implosión, o como se diga.
domingo, 15 de junio de 2014
viernes, 6 de junio de 2014
Silencio
He llegado a un punto absoluto. Mi mente está en silencio, no hay nada que decir, no hay puntos que conectar, no hay miedos ni ansiedades. Solo tengo sueño, y espero los minutos que faltan para que mi cabeza vuelva a llenarse.
miércoles, 4 de junio de 2014
Sola
Hoy día, falté a un compromiso con mi grupo. Luego, falté a una prueba de un ramo optativo, que en consideración de la cantidad de evaluaciones, ya está reprobado.
Dejó de llover. La luz está tenue, y creo que me voy a ir a dar una vuelta, y espero ponerme mis botas de lluvia doradas y que nadie me mire raro.
No me siento bien, pero estoy pensando. Me desperté, y estoy pensando. Ya no tengo angustia, las cosas que pasaron ya pasaron. No me gusta darme vuelta por la sección de música, pero encuentro una que me sirve. "God, im ridin' on hell hot flames, coming up from below..." Cuando bostezo, sale vaho de mi boca.
Solo quiero ocupar las botas porque me hacen sentir como una sailor scout, y hay días en que necesito ser una sailor scout. Ya no basta con pintarse las uñas de los pies.
Dejó de llover. La luz está tenue, y creo que me voy a ir a dar una vuelta, y espero ponerme mis botas de lluvia doradas y que nadie me mire raro.
No me siento bien, pero estoy pensando. Me desperté, y estoy pensando. Ya no tengo angustia, las cosas que pasaron ya pasaron. No me gusta darme vuelta por la sección de música, pero encuentro una que me sirve. "God, im ridin' on hell hot flames, coming up from below..." Cuando bostezo, sale vaho de mi boca.
Solo quiero ocupar las botas porque me hacen sentir como una sailor scout, y hay días en que necesito ser una sailor scout. Ya no basta con pintarse las uñas de los pies.
sábado, 31 de mayo de 2014
No es un día perdido.
Es un día que pasé en cama, que dormité, tuve pesadillas, no me bañé, jugué y me dolió la cabeza, lloré un buen poco. Pero no lo perdí, dijiste "es un día que aprendiste de todas las weas que te están pasando". Volví a dejarme a mi misma aislarme, volví a quedarme sola. Necesito volver a terapia, y dios quiera, volver a los ansiolíticos de día. Tengo que revisar lo de las redes. Tengo que dejar de depender de un solo hueón, y empezar a valerme por mí misma. Tengo que valerme por mi misma, valerme por mi misma, valerme por mi misma, pararme y caminar con mis propios pies, y dejar atrás a quién solo sabe hacerme sentir que no valgo lo suficiente.
martes, 20 de mayo de 2014
Odio que llueva a esta hora
Y en este contexto. No tengo el ánimo de salir, estoy adolorida y soñolienta y en realidad, solo querría estar chapoteando afuera. Pero no quiero estar sola.
Estar despierta a esta hora es lo peor. No puedo ceder y el golpeteo de la ventana por el viento me está volviendo loca.
Estar despierta a esta hora es lo peor. No puedo ceder y el golpeteo de la ventana por el viento me está volviendo loca.
martes, 29 de abril de 2014
simetría
Te amo de manera
insensata y verdadera
te amo de una forma
que destruye toda norma
oh, te amo de manera
insensata y verdadera
imprudente y convincente
fluye contra la corriente
insensata y verdadera
te amo de una forma
que destruye toda norma
oh, te amo de manera
insensata y verdadera
imprudente y convincente
fluye contra la corriente
Definitivamente no soy lo que se dice una fan de los Ases Falsos o del Briceño, pero este es el tipo de canción por la cual me molesta tanto no poder cantar. Si pudiera decir todo lo que siento con una canción, te cantaría todos y cada uno de los días que pasamos juntos.
lunes, 21 de abril de 2014
Ahhh, is your heart still mine to sail? (I enjoy nothing)
Quiero escuchar Beach House en un loop infinito
Porque suenan como un loop infinito.
A veces me paso horas dandole vueltas a mi carpeta de música, y hay carpetas que por costumbre paso por alto. Se me olvida que con cosas como estas, el tiempo se detiene y vuelvo a tener 16, encerrada en mi pieza de ventana doble, abiertas de par en par con la brisa y el ruido suave del mar, con la radio bajita a las 3 de la mañana, pasando el dolor endometrial con música y letras aleatorias. Si pudiera detener el tiempo, cerrar los ojos, y volver. ¿Crees que pasaría por todo una vez más?
Extraño el amor que solo podía dar, el que no esperaba nada a cambio. Extraño ser incapaz de dañar a la persona que se vuelve el centro de mi vida. Suena muy infantil, pero me sentía como una bola de puro amor, y no entendía la ambivalencia del amor verdadero. "Siendo estúpido serás feliz". Ya no soy una "chiquilla", como me dijo alguien alguna vez, "que no sepa amar...y que quiera inventar una nueva forma para amar"
¿Cuánto más puedo dar? Si ya no hay nada, pero nada dentro.
Porque suenan como un loop infinito.
A veces me paso horas dandole vueltas a mi carpeta de música, y hay carpetas que por costumbre paso por alto. Se me olvida que con cosas como estas, el tiempo se detiene y vuelvo a tener 16, encerrada en mi pieza de ventana doble, abiertas de par en par con la brisa y el ruido suave del mar, con la radio bajita a las 3 de la mañana, pasando el dolor endometrial con música y letras aleatorias. Si pudiera detener el tiempo, cerrar los ojos, y volver. ¿Crees que pasaría por todo una vez más?
Extraño el amor que solo podía dar, el que no esperaba nada a cambio. Extraño ser incapaz de dañar a la persona que se vuelve el centro de mi vida. Suena muy infantil, pero me sentía como una bola de puro amor, y no entendía la ambivalencia del amor verdadero. "Siendo estúpido serás feliz". Ya no soy una "chiquilla", como me dijo alguien alguna vez, "que no sepa amar...y que quiera inventar una nueva forma para amar"
¿Cuánto más puedo dar? Si ya no hay nada, pero nada dentro.
martes, 1 de abril de 2014
I think u are a contra
Tengo una terrible disyuntiva en lo que respecta a mi pelo.
Pero no importa, por que al momento que empecé a escribir esto, mi hermano empezó a hinchar con que tenemos que subir a Sausa para escapar del tsunami (?) No pienso subir ninguna colinita de mierda, pero si me tengo que poner pantalones y un polerón para que se tranquilice, supongo que no es tanto. Igual es horrible andar con pantalones en la casa a esta hora. Y yo que quería un día de no existir, un tsunami me obliga a salir de la pieza.
Pero no importa, por que al momento que empecé a escribir esto, mi hermano empezó a hinchar con que tenemos que subir a Sausa para escapar del tsunami (?) No pienso subir ninguna colinita de mierda, pero si me tengo que poner pantalones y un polerón para que se tranquilice, supongo que no es tanto. Igual es horrible andar con pantalones en la casa a esta hora. Y yo que quería un día de no existir, un tsunami me obliga a salir de la pieza.
jueves, 2 de enero de 2014
Lo siento
lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento
lo siento tanto
lo siento tanto
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