miércoles, 6 de agosto de 2014

Me compré un diario

De esos con candado que no sirve, ahí en el casa ideas del centro de Viña. Es muy bonito, todo rojo con un dibujo bien simplecito de una matrioska o mamushka o como se llame; y en la parte de atrás, justo en el centro, un pequeño corazón brillante. Diría que me la compré de compulsiva y sería en parte cierto, pero por otro lado, debo decir que esta libretita tenía la impresionante cualidad que llevo buscando eones: tiene la mitad de la hoja "cuadriculada" (o sea, con rayas no más, rayada entonces), y el resto de la hoja es hoja en blanco. Y debe ser por la obsesión que tengo, y que al parecer muchas personas comparten, de tener miles de libretas, cada una más linda que la anterior, que encontrar una libreta que te abre a TANTAS posibilidades es una maravilla, y no pude evitar comprarla. Lo más maravilloso, es que he escrito, y he ahí mi excusa por tener el blog botado, para variar. Es bonito escribir y dibujar y pegar cosas ahí, pero hay que decirlo: hay cosas que no me gusta mostrarle al mundo, y hay otras, por el contrario, que si escribo en mi diario personas me hacen sentir tonta. No me gusta escribir como si le estuviera escribiendo a alguien, y cuando necesito esa ilusión de un expectador, llego aquí, humilde y arrepentida. Sé que esto tiene poquitas visitas, y que no mucha gente llega, pero aún así llegan, y sentir que cuando hablo, aunque sean nimiedades, es leído por cualquier persona, me hace sentir mucho menos sola de lo normal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

waiting for something for nothing